En línea con su estrategia integral de electrificación, Volvo Cars anunció, a nivel internacional, el cese de la producción de modelos diésel, transformándose en uno de los planes de evolución más ambiciosos de la industria automotriz. En Chile, la marca adoptó esta iniciativa en 2021 cuando vendió el último modelo diésel, confirmando así los objetivos de la compañía por convertirse en un productor 100% eléctrico a partir de 2030 y una empresa climáticamente neutra en 2040.
En el contexto de la Semana del Clima desarrollada en Nueva York, Volvo Cars destacó el compromiso con sus objetivos de mediano y largo plazo, con el fin de la producción de propulsores diésel a inicios del 2024. Es así como dentro de los próximos meses, la firma habrá fabricado el último vehículo Volvo con motor diésel, convirtiendo a la marca en uno de los primeros fabricantes en dar este paso.
“Los motores eléctricos son el futuro de Volvo Cars. Estos generan menos ruido, menos vibraciones y cero emisiones y menos costos de mantenimiento para nuestros clientes”.
Jim Rowan, CEO de Volvo Cars
Este hito se produce tras la decisión de la compañía de detener el desarrollo de nuevos motores a combustión. En noviembre del 2022, Volvo Cars vendió su porcentaje de participación en Aurobay, la empresa encargada de mantener todos los motores restantes. La marca confirmó que no invertirá en el desarrollo de nuevos propulsores a combustión.
Con el fin de insistir en este punto, el director de Sostenibilidad Anders Kärrberg, participó de un acto organizado por la coalición Accelerating to Zero (A2Z) con el que Volvo Cars podrá colaborar y coordinar acciones con otras empresas para alcanzar el objetivo de conseguir que, a partir de 2040, el 100% de las ventas mundiales de automóviles y vehículos comerciales nuevos cuenten con motorización sin emisiones de gases de escape, y que este proceso logre cumplirse en los mercados líderes en 2035.
Un cambio de perspectiva
La decisión de Volvo Cars de eliminar por completo los motores diésel a partir de 2024 demuestra la rapidez con la que está transformándose la industria automotriz, así como la solicitud de los clientes ante la crisis climática.
Hace cuatro años, el motor diésel era el preferido por los usuarios en Europa. La mayoría de los motores que se comercializaron durante el 2019 equipaban un propulsor diésel, mientras que los modelos electrificados comenzaban a desarrollarse lentamente.
Tomando en cuenta el avance de las nuevas tecnologías y el cuidado del planeta, en Chile, Volvo Cars cesó la venta de vehículos con este tipo de combustibles en 2021, estableciendo un portafolio de modelos a gasolina, microhíbridos e híbridos enchufables.
Con el tiempo, la venta de vehículos con propulsores diésel comenzó su transición, impulsada por los cambios en las demandas del mercado, las normativas sobre emisiones más estrictas, así como nuestro enfoque en la electrificación. Actualmente, en Europa, el mayor número de ventas consideran vehículos electrificados con un motor totalmente eléctrico o hibrido enchufable.